Con el desarrollo de la televisión, la gente pasa cada vez más tiempo delante de sus pantallas. La importancia que la televisión ha llegado a tener en la vida de las personas queda claramente ilustrada por los resultados de las investigaciones. Por ejemplo, “el ciudadano medio de EE.UU. ve de tres a tres horas y media de televisión al día, y en todos los hogares estadounidenses hay un televisor encendido siete horas al día. Casi todos los hogares urbanos tienen al menos un televisor. Uno de cada cuatro hogares tiene dos televisores.

La gente ve la televisión de forma diferente en distintas épocas del año, semanas y días.

La temporada de verano suele denominarse temporada de dacha porque durante la estación cálida mucha gente se va a sus parcelas de dacha, donde a menudo no hay televisión ni tiempo para verla. El número y la composición de la audiencia televisiva varían según la hora del día. La gente desayuna, va a trabajar, vuelve, cena delante de la tele…

La diferencia de consumo televisivo entre adultos y jóvenes, hombres y mujeres, personas con estudios y sin estudios se manifiesta sobre todo los días laborables. Los fines de semana, la “socialización” con la televisión adquiere a menudo un carácter grupal. Esto es especialmente cierto en los hogares con un solo televisor. Los que pasan más tiempo en casa son los que más ven la televisión: niños, pensionistas, amas de casa, parados y pobres. En consecuencia, estos públicos son más propensos a ver la televisión.

Según la forma de transmisión de la señal de televisión, la televisión moderna puede dividirse en terrestre, por cable y por satélite. La televisión terrestre emite una señal mediante estaciones de retransmisión terrestre. Cuando se habla de televisión en general, suele entenderse que se trata de televisión por aire.

La publicidad en televisión es muy cara e inasequible para las pequeñas y medianas empresas. Y el alto coste difiere tanto el tiempo de transmisión, y la producción del clip. En televisión es muy difícil dirigir la publicidad al público objetivo. Los mismos programas pueden ver un abanico muy amplio de personas. Con todo ello, existen grandes dificultades para llegar eficazmente a los espectadores. La gente cambia a menudo de canal, tratando de encontrar algo más interesante. Y cada vez hay más canales. Los anunciantes tienen que elaborar planes de medios cada vez más complicados.

La gente no siempre ve los anuncios que “encuentra”. Muy a menudo, durante la “pausa publicitaria” prefieren hacer algo más útil en su opinión: ir al baño, llamar por teléfono, tomar una taza de té, etc. Aunque un anuncio capte el interés del consumidor, no podrá verlo una segunda vez.